Muy probablemente has escuchado en contextos de yoga y meditación que no somos lo que pensamos y si bien es cierto, se refiere al hecho de que nuestra esencia, la realidad de quienes somos, trasciende el pensamiento.
Sin embargo, vivimos en una dimensión material y concreta y si bien, no somos lo que pensamos, nuestro pensamiento tiene una influencia determinante en cómo experimentamos la realidad. En otras palabras, nuestro pensamiento crea nuestra realidad. ¿Cómo sucede esto?
El pensamiento tiene el poder de enfocar a tu ATENCIÓN. Todo a lo que tú prestes atención se reforzará y se volverá más grande. Si por ejemplo en tu pensamiento surge el deseo de comer un chocolate, tu atención se dirigirá hacia esto, tus palabras comenzarán a manifestar ese deseo y tus acciones te llevarán a encontrar la manera de hacerlo realidad.
De la misma forma si tu pensamiento se dirige hacia tus problemas, tus preocupaciones, o lo que no quieres, tus palabras lo manifestarán y tus acciones se alinearán a esto. La parte interesante es que para la mayoría de nosotros, este proceso surge de forma inconsciente. Al no prestar atención al pensamiento, lo dejamos vagar y dirigimos nuestra atención a cosas que no siempre son virtuosas o que no siempre soportan nuestros deseos.
La buena noticia es que esto puede cambiar y este proceso se puede convertir en consciente a través de la práctica de meditación Mindfulness.
En la práctica comenzamos primero a observar a que estamos prestando atención en nuestras vidas, comenzamos a volvernos conscientes de los patrones de pensamiento que están creando nuestra realidad y de este espacio interior que surge de la práctica constante podemos comenzar a elegir a qué prestar atención. Qué es lo que realmente queremos y porqué.
Es en este momento que este proceso pasa de ser inconsciente a ser un proceso consciente. Y al llevar conciencia al pensamiento, surge la INTENCIONALIDAD. No solo prestamos atención a nuestros pensamientos, si no que decidimos hacia dónde dirigir esta ATENCIÓN. Esta posibilidad de dirigir nuestra atención de forma intencional es nuestro poder personal.
Aquí llega uno de los aspectos más importantes de la práctica de Mindfulness, que es la ACTITUD. Mindfulness no es solo prestar atención de forma intencional a lo que sucede adentro y afuera de nosotros, es también la actitud de cómo prestamos atención. Podemos observar nuestros pensamientos y criticarnos o regañarnos o podemos observarnos con una actitud compasiva y amistosa. La práctica nos invita a soltar el juicio y las etiquetas de la mente y a desarrollar una actitud abierta hacia lo que observamos. Sólo así comenzaremos a ver la realidad tal cual es sin que sea filtrada por nuestros juicios y/o experiencias pasadas.
Mi parte favorita es que todos tenemos acceso a la práctica, sin importar la edad que tengamos, sin importar nuestras experiencias pasadas, sin importar que nunca lo hayamos hecho antes. En el momento que tú decidas, la práctica te ofrece la posibilidad de comenzar de nuevo.
Te comparto algunas prácticas de Mindfulness para ejercer el poder de tu pensamiento:
1. Meditación “Encuentra tu centro”, a puedes realizar de forma gratuita AQUÍ.
2. Práctica de gratitud: todas las noches antes de irte a dormir, escribe o piensa en algo por lo cual te sientes realmente agradecido/a. Suelta lo que crees que deberías estar agradecido por y siente realmente que te hace sentir agradecido/a.
3. Cuando te des cuenta de que estás perdido en alguna historia mental, pausa y respira y re-dirige tu pensamiento hacia algo que es virtuoso para ti.
Con mucho cariño
Patty
Thnx!