La maestra budista Pema Chödron* cuenta una historia que me gusta mucho y resume la esencia de por qué meditar. En la historia Pema hace la analogía con una persona que tiene sarna. Tiene mucha comezón y se rasca continuamente y entre más se rasca más comezón tiene hasta que comienza a hacerse heridas y a salirle sangre de la piel. Así que decide ir con el doctor y este le dice que para sanar las heridas tiene que dejar de rascarse. 

Es difícil dejar de rascarse por qué la comezón es muy fuerte pero poco a poco con paciencia las heridas comienzan a sanar. Esto es lo que hacemos en meditación. 

La comezón son todas nuestras heridas, nuestro dolor, nuestro trauma, las partes de nosotros mismos que rechazamos, escondemos o no validamos y el rascarnos son todos nuestros patrones de reactividad o de desconexión. Sentimos dolor e intentamos distraernos para no sentir, de la misma forma que sentimos comezón y nos rascamos para intentar aliviarla. El punto es que estas distracciones nos dan una sensación de alivio momentáneo, pero en vez de ayudarnos a sanar, vuelven nuestras heridas más profundas.

Meditar es dejar de rascarse y aprender a estar con lo que emerge. Meditar significa “volvernos familiar con…”, es observar lo que hay dentro de nosotros (pensamientos, emociones, sensaciones) sin juicio, sin reaccionar y sin esconder lo que sentimos.

Meditar no se trata de alguna manera volvernos alguien distinto de quienes somos, no se trata de volvernos “mejores” o de ya no sentir emociones qué nos resultan incómodas y que muchas veces etiquetamos como negativas. Meditar es el espacio que cultivamos para observar todo esto y lo hacemos con una presencia amorosa. Aprendemos a observar nuestras heridas con compasión, con gentileza y con entendimiento. Aprendemos a incluir todas las partes que forman nuestra esencia: las que nos gustan y estamos orgullosos de y las que queremos esconder o no validar. Aprendemos a reconocer que todas son parte de esta experiencia humana y al aceptarlas y validarlas comenzamos poco a poco a dejar de sentir comezón. 

Te comparto aquí abajo una meditación para cultivar este espacio imparcial y amoroso con el cual observar a tu realidad interior. Recuerda que no hay forma equivocada de meditar, así que suelta cualquier expectativa y permítete estar con lo que emerge dentro de ti.

Con mucho cariño,

Patty

 

*Pema Chödron es una monja budista estadounidense y autora de varios libros sobre meditación y filosofía budista. 

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